sábado, 24 de julio de 2010

Desde el norte ariqueño. Opus Brevis, de Nelson Gómez León





por Elisa Maturana Coronel
El microrrelato o microcuento, tan antiguo como contemporáneo, se ha insertado con la precisión de una moneda de cien pesos en las ranuras del ritmo acelerado de la vida moderna y cada vez son más los autores y lectores aficionados a esta técnica.

Nelson Gómez León, artesano, actor y escritor, como él mismo se describe en su biografía, se suma desde Arica a esa tendencia literaria con los 64 cuentos de su más reciente obra Opus Brevis (Herco Editorial S.A., Mayo 2010).

Todo un gesto creativo de este autor nortino, ducho sin dudas en las artes del microrrelato, quien en las setenta y tantas páginas de Opus Brevis expone con una gran capacidad de síntesis y sorpresa, ironía y sentido del humor, una amplia variedad temática a través de la cual se va revelando la visión de un escritor que con irreverencia religiosa deconstruye lo sagrado (“Crítico de Fé”, “Alta Molicie”, “Polillas en la Memoria”, “Confortado Feligrés”, “Milagro”), se desvincula de unas tradiciones occidentales importadas (“Navidad”) a las que contrapone un profundo sentido de arraigo y de reconocimiento de las raíces chilenas (“Un Amanecer Distinto”): -“Con razón me parecieron extraños, ellos cantan en azteca y los nuestros lo hacen en mapuche”, y alza sin tapujos una dura voz de crítica social que se extiende constante en su no tan breve “En un Bosque de Robles, Canelos y Copihues”, en “Insomnio” y en “Aprenda Señor”.

Encontramos en Opus Brevis un escritor enfrentado a sus dilemas existenciales (“Un Día Más un Día Menos”, “Un, Dos, Tres !Fuera¡”), a la muerte (“Viaje por un Tubo”, “Qué somos realmente”, “Terremoto”) y finalmente a un hombre que a veces con ironía, pero más frecuentemente con docilidad, cierta ternura ingenua y una clara nostalgia por el útero materno y el calor hogareño plantea su relación con lo femenino, lo cotidiano y los afectos.

Hacia el final, hay seis o siete relatos cortos en los que la brevedad y la síntesis extrema del resto de los cuentos cambia a una prosa un poco más extensa pero bien articulada sin perder la armonía y cohesión del libro.

Dos aspectos más para anotar: Uno es que llama la atención la escasa presencia del desierto y el mar, pues de un autor ligado geográficamente a un paraje tan extremo como el desierto de Atacama (el más seco del planeta) uno tiende a esperar una presencia más relevante de estos paisajes.

Y segundo, el título. Usar una lengua muerta --excepto por nombres científicos para limnólogos, biólogos y similares y unas cuantas frases instaladas casi irremediablemente en el castellano-- como el latín, viejo ornamento de una clase literaria que a través de ésta se jactaba de supraculta y se distanciaba así del vulgo ordinario e ignorante, está muy lejos del segmento lector de microcuentos que me atrevo a adivinar mayoritariamente juvenil, moderno y más bien seducido por una técnica propia para la nueva era de lenguajes abreviados en las tecnologías de la información, con emoticones y una tendencia progresiva a suprimir las vocales --grcs tkm lov U2 :-) -- con el fin de ahorrar tiempo y comunicar mensajes lo más rápida y brevemente posible, facultad a la cual se ciñe el microrrelato.

En esa lógica, los libros de microcuentos deberían tender hacia títulos irónicos, sarcásticos, incisivos, basados en referentes contemporáneos y probablemente de tono juvenil y urbano, características a las que Opus Brevis no se acerca lo suficiente, en desmedro de una publicación bastante bien lograda en su contenido.


Algunos microcuentos de Opus Brevis:

ResentidoLa noche le cayó encima y nadie le ayudó a recogerla

Insomnio

El ser que robó mis sueños vestía uniforme.

Mejor no

La mujer de sus sueños se hizo carne, y ahí comenzaron sus padeceres.

Alta Molicie
Mientras la arrodillada mujer lloraba sus desgracias, inmutable la contemplaba un cielo ausente de Dioses.

Compañía

De pronto y con su almohada a cuestas, una pequeña pulga, discretamente, se arrimó a su soledad.

Crítico de Fe
Después que Moisés recibió las Tablas de la Ley, Aaron descubrió varias faltas de ortografía, mas guardó un respetuoso silencio


Nelson Gómez León ha publicado: Cuentos y Otras Hierbas y Pequicuentos, en coautoría con Iris Fernández (1990), Ideas sobre el Cuento (1991), Caja de Cuentos (1991), El Buscador (1992), Hacia un Norte, antología (1992), Kuentomancias y Mentíforas (1993), Tres Esperando la Lluvia, antología en coautoría (2002), Opus Brevis (2010). En 1995 la municipalidad de Arica lo distingue como el autor más destacado del año y el Congreso Internacional de Escritores “Juntémonos en Chile” le otorga su medalla Gabriela Mistral.

.

1 comentario:

  1. excelente!!!! preciosa narracion...muxhas gracias,por la generocidad, de incluirme!
    gracias
    buen ralato
    lidia-la escriba

    ResponderEliminar

La editorial tomará en cuenta tu aporte
El comentario debe ser firmado
Saludamos al lector activo.
Si tienes alguna consulta, escríbenos a:
sociedaddeescritoresdechile@gmail.com