jueves, 25 de febrero de 2010

II BIENAL DE POESIA DE BRASIL

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por Leo_Lobos

La singularidad de Brasilia refleja el pluralismo cultural del País, que fue uno de los motivos para desarrollar la tarea de construir la I Bienal Internacional de Poesía de Brasilia (I BIP) por la Biblioteca Nacional de Brasilia, en 2008, evento que se destacó como uno de los más grandes encuentros del género en el escenario nacional, recibiendo extraordinaria participación y apoyo de poetas, críticos y artistas brasileños y extranjeros. Patrimonio Cultural de la Humanidad, al completar 50 años en 2010, la ciudad se reafirma como eje cultural, se prepara, y a la población, para traer nuevamente a la escena la segunda edición de esa fiesta internacional de la poesía, marcada para el periodo de 3 a 7 de septiembre.

Tres poetas y un músico serán homenajeados

El nicaragüense Ernesto Cardenal (homenaje especial internacional), Ferreira Gullar (II BIP) y Augusto de Campos (Expo OBRANOME 3), fuera del compositor Oswaldo Montenegro (II Simposio de Crítica de Poesía). Los tributos serán ofrecidos en la celebración de apertura de ese gran festival que pretende reunir poetas de todas los lenguajes artísticos representantes de países de las Américas, de la Europa y de Asia, con el apoyo de más de 60 embajadas en Brasilia, fuera de los nacionales y locales. La Biblioteca Nacional de Brasilia, en actividad regular desde diciembre de 2008, producirá el gran evento, con apoyo de los organismos del gobierno distrital y federal y con los empresarios sensibles a las cosas del arte y cultura. ¡Quién viva lo verá!


Más información: II Bienal de Poesía de Brasil

* Leo Lobos nació en Santiago de Chile, en 1966. Es poeta, ensayista, traductor y artista visual. Laureado UNESCO - Aschberg de Literatura 2002. Ha sido poeta residente en el Centro de Arte de Marnay-sur-Seine en Francia los años 2002-2003 y en Jardim das Artes en San Pablo, Brasil 2004-2006. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, portugués, holandés, francés, árabe, italiano y alemán. Ha traducido al castellano a los poetas brasileños Hilda Hilst, Roberto Piva, Claudio Willer, Jiddu Saldanha, Artur Gomes, Claudio Daniel, José Geraldo Neres, Tanussi Cardoso, Helena Ortiz, Christina Herrmann, Tarso de Melo entre otros. Dentro de su obra poética, destacamos las publicaciones: Cartas de más abajo (1992), + poesía (1995), ángeles eléctricos (1997), Camino a Copa de Oro (1998), Perdidos en La Habana y otros poemas (1999), Cielos (2000), Nueva York en un poeta (2001), Turbosílabas (2003), Devagar (2004), Un sin nombre (2005), Nieve (2006), Vía regia (2007) y No permitas que el paisaje este triste (2007).
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miércoles, 24 de febrero de 2010

Alfredo Lavergne: Tres soles de pentagramas y una nota de espacio interior

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Fotografía: Jonhatan Hernández
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Grafía musical


Antes de presentar una retrospectiva
El poeta
Debe ser capaz de distinguir
La unidad estética   La trayectoria
De su lápiz negro   De los de colores

Y las muestras de sombras y rayados
Del pentagrama eléctrico que se extiende

De poblado en poblado.




Pentagrama

Las aves negras
Que de noche duermen en el tendido eléctrico
Auguran tu final.

Las que de día cantan
Te distraen.



Pentagrama Urbano

Como el roble   Como el pino
En su altura   En su límite En la copa
Languidece nuestro centro

Con el señor almendro
de cuencas castigadoras
y notas marciales

Con la mejilla que rodó cansada de jardines
La fragancia del cenagal del silencio
Las astillas del vitral de ovejas negras
Los empujones de las arañas saltarinas
Las pestañas del carburador de la abundancia
Las hazañas de los barquichuelos
La arrogancia de los desfiladeros a los neones
La cuerda para el nudo de la bandera
y los balazos de sus presagios.

-Con chulos reaccionarios,
primitivos autoritarios que aseguran
que el progreso de la globalización
es la llave de todas las vitrinas.

Y se balancea
la imprudencia de nuestros ojos



Valparaíso es mi ciudad natal


Puerto rodeado de cerros con miradores que intentan calar la llegada de los piratas y no es la explicación social que certificaría que cada habitante de la no muy perla, es un navío perseguido.
Los porteños sabemos que por la espalda llegan los gobiernos, que nuestras elevaciones sufren coletazos de la sombra que administra, que nuestra losa interna rechaza las migajas de los suspensores, que nuestros poetas tienen dientes de jurel y ritmo de boya oxidada.

En mi ciudad se transita de sus plazas a lazos coloniales.

En una escuela pegada al cerro que el Ministerio de Educación entregó a los terremotos, aprendí que cada peldaño es un paseo hacia la Victoria de estatuas saqueadas y que las escaleras son un viaje al país de viejos descensores.
Valparaíso es la geografía de mi primer exilio
Hubo otras distancias y siempre el sueño del retorno
Porque sus jibias hipnotizan y sus alturas abrazan.
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martes, 23 de febrero de 2010

Jorge Nef. Dos Sonetos y tres poemas peregrinos

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Despedida

Nuestros ojos miraban el lejano
atardecer azul que se fundía
en un vaho de gris melancolía
aquella quieta tarde de verano.

Era ese mismo ocaso, cotidiano,
que llega inexorable al fin del día,
llenándonos de angustia y lejanía
y esa vaga nostalgia de lo arcano.


Quisiste hablar, pero después callaste.
Entreabriendo los labios, murmuraste
una palabra. No escuché tu voz.

Hubo un silencio doloroso, largo;
pude decirte tanto, sin embargo,
con una voz ausente dije: adiós.


Tarde azul

Callados emprendimos el descenso
de la colina, ausente la mirada
en la distancia vaga y extasiada
del horizonte de un azul intenso.

Quedamos con las almas en suspenso,
bebiendo esa belleza que hay en cada
cosa por simple que ella sea y nada
pudo romper ese mutismo inmenso.

Nos volvimos casi en el mismo instante;
por tus ojos cruzó un vuelo distante
de inquietas y veloces golondrinas.

Hubo algo de tristeza en la silente
pasividad del cielo, lentamente,
la tarde tendió un manto de neblina.


Selección de poemas leídos durante el VII Encuentro Internacional “Rosalía de Castro”, Nigrán y Bailona (Galicia, España) Residencia de Tiempo Libre de Panxón. 2- de Mayo 2006

CHILE

Chile
fue para mí
siempre un amor difícil,
con la ansiedad profunda de la entrega imposible.
Entre aristas filudas de cordillera y rocas
y vientos milenarios,
fue una estrella
inasible;
o un reguero de espuma en el abismo inmenso
y triste del océano.
Más que un sueño fugaz, fue una desesperanza
de angustias cotidianas:
un recuerdo de aromas
que quizás
no existieron;
el encuentro furtivo
de lo no acontecido;
la palabra no dicha;
la canción no cantada;
la sed
interminable
y el llanto no vertido
de una pasión ardiente que quema desde adentro
y no encuentra palabras.
Fue un rojo volantín,
la nube en la montaña;
el otoño infinito;
la rosa deshojada;
el niño triste y solo y un poema inconcluso
que rima con la nada.
...................................................Guelph, 1995


THE DEAD


Siento mi propia muerte
retratada
en la vacía
esfera de un reloj;
una entre tantas
muertes,
sin consecuencia alguna.
Caerse
hacia el olvido, poco a poco,
inexorablemente
sin que nadie lo note.
La palabra
y la rosa ya nada significan;
ni el viento, ni el paisaje, ni el recuerdo.
Sólo existe un vacío doloroso
al final de la vida:
el vértigo frustrante y angustioso
en pos de una quimera
que no fue.
Habrá otras floraciones
y otros huertos,
pero estos no serán los huertos
míos.
Habrá otro cielo azul con nubes blancas,
pero estas no serán
ya más mis nubes.
Otros
vendrán con sueños y esperanzas.
En un ciclo tan viejo
como el tiempo,
plantarán su semilla alucinada.
Y también partirán
como yo parto, en un día cualquiera,
hacia la nada.
.................................................Guelph, 1996


REQUIEM PARA UN GENTIL GUERRERO


Cuando caíste herido,
el tiempo
se hizo trizas,
y hasta la muerte
misma
se congeló en el aire.
Gentil guerrero,
hermano,
de tanta lucha justa,
el combate ha cesado.
El viento
es ya una brisa
que acaricia las verdes
agujas de los pinos, sobre las viejas nieves
de invierno en retirada.
Quizás pudiste ver,
por un instante
apenas,
un pedazo de cielo
transparente:
azul, luz vertical y nubes
altas.
Relámpago sin trueno; tan solo se presiente
la vida
que renace: el ritmo de los brotes y la savia profunda
bajo el prado en que yace
tu eternidad
dormida.

.................................Guelph, Septiembre 1998


Jorge Nef. Santiago, Chile, 1942. Profesor Titular Emérito la Universidad de Guelph, Ontario, Canadá y Profesor Titular de Gobierno y Estudios Internacionales en la Universidad de Sur de la Florida. Estudió en las Universidades de Chile, Vanderbilt, California en Santa Barbara (doctorado en 1973) y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Ha escrito, editado y coeditado más de una docena de libros de análisis político e internacional y ha publicado sobre un centenar de artículos y ensayos sobre estos y otros temas. Su trabajo poético, aunque iniciado en 1959, cuando obtuvo el primer premio en un concurso organizado por el Rotary Club de Santiago, no se publicó hasta 1988. En ese año varios poemas suyos aparecieron en la revista Índigo de Toronto. Desde 1992 ha sido un activo participante en eventos poéticos que incluyen la Celebración Cultural del Idioma Español (CCIE), el Encuentro de los Poetas de la Nueva Pléyade (1997), el Primer Encuentro de Poetas de Habla Hispana en Stonehill College, Mass. USA (1998), el Encuentro Internacional de Poesía Hispánica en Ciudad de México (1998), y el encuentro de poetas chilenos auspiciado por el Proyecto Adrianne en Ottawa (2002). La región perdida (Madrid: Betania, 1997) es su primer libro de poemas. Colecciones de sus obras han aparecido en Alter Vox (2000) y en antologías: Poetas sin fronteras, Madrid, Verbum, 2000. Boreal, Ottawa, Split Quotation, 2001. Antares 2009, cuento y poesía editado por Margarita Feliciano (2009). La voz y la memoria. Santiago, RIL Editores, 2009. Referencias a su obra se encuentran entre otros en Susana Coria (Feminísima, 1998) y Hugh Hazelton (Alter Vox, 2001).

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Marianela Puebla. Escritora de doble nacionalidad

Abramos los Cuentos de Nuestra Palabra en Canadá; Primera horneada, antología publicada en Toronto, Canadá, por Guillermo Rose y Alex Zisman, compilación de los cuentos premiados en el concurso de relato breve Nuestra Palabra que se realiza anualmente en Canadá y del que he tenido la suerte de participar como miembro del jurado. Allí, en la página 181, nos encontramos con el cuento de Marianela Puebla, A mí no me engaña. Esta narración, que ganó el segundo lugar en el concurso en su versión 2007, es un buen ejemplo de la producción de los autores castellanógrafos que viven en Canadá y que forman parte de la novísima cultura que están generando los más de tres cuartos de millón de hispanoparlantes que viven en el país.
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Yendo a lo que hizo ganador a este cuento, me interesa especialmente la manera en que en este cuento se va manteniendo la perspectiva de una narradora en primera persona sin que aparezcan elementos extemporánesos a la por así decir “epistemé” de ese discurso mental, que nos va entregando el mundo. Es decir que la coherencia por así decir interna de la conciencia cuyo discurso percibe el lector, hecho ligado a la verosimilitud y de escaso logro en el ralo matorral de la narrativa chilena, es la que va configurando paulatinamente la objetividad y el espacio urbano, el personaje, su carácter y prejuicios, y deja el meollo de los hechos referidos en una ambigüedad que es productiva para la lectura. El lector va conociendo a esa emisora en primera persona en el curso de la lectura y a la vez la va juzgando y se va distanciando de ella de manera natural. El lector puede vislumbrar, conjeturar. Pero los hechos no sobrepasan los barruntos de esa vieja detestable que por unos minutos te ha llevado de la mano. Bueno, eso como primera impresión de esta excelente narración. Ahora les toca a ustedes.
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A MÍ NO ME ENGAÑA

Yo la vi salir esta mañana, la muy hipócrita, con su carita de mosca muerta. Llevaba un chal para ocultar el rostro, pero a mí no me engaña, sé mucho de ella.

Hace unos años que vive frente a mi casa. Llegaron un día, bueno, una noche, traían pocos muebles, a esa hora casi todo el barrio dormía, menos yo. Me levanté en camisa de dormir cuando oí la llegada del camión. ¡Habráse visto, a esa hora! No me fío de la gente que se esconde en la oscuridad. Yo todo lo hago a la luz del día, todos conocen que soy un alma de Dios, voy a la iglesia y rezo mucho. Sin embargo ella, quién sabe, se lo pasa escondida haciendo qué conjuros, yo la observo a través de los visillos de la ventana, claro que se sabe ocultar muy bien, pero a mí no me engaña, nadie me va a sacar de la cabeza que ella mató a su difunto marido, pobre, que en paz descanse. Tal vez mató a otros más, quién sabe, pues dicen que ya era viuda y que ahora lo es por segunda vez. Yo después de la muerte de mi Agustín nunca más me he vuelto a casar. Lo echo de menos pero me aguanto, soy muy seria y le guardo riguroso luto, no como ella, la muy cínica, se muestra toda llorosa y pone cara angelical cuando alguien la saluda, debe de andar en busca de otro tonto para echárselo después, ¿no? Todos los días sale a barrer la vereda, y se me queda mirando con una sonrisa tan dulce, que me aterra. Me pregunto si no se sentirá culpable, yo sí estoy tranquila, sólo le di a tomar a mi marido un zumo y coincidió con su fallecimiento. Ah, pero ella no, estoy esperando que cometa un solo error para descubrirla, no le van a quedar ganas de seguir viviendo en este barrio tan decente. Todo lo hace para despistar, claro, el pobre marido de repente amaneció enfermo y de allí al poco tiempo se murió. ¿Qué extraño, no? Ni siquiera hubo una misa por el finado, lo mandó incinerar rápidamente, así lo habrá hecho con los anteriores y por supuesto, borra todas las evidencias del crimen. Ya ve que el doctor es muy ingenuo, no detecta nada, le falta ser más desconfiado, él mismo fue el que revisó a mi marido, como le decía, sólo le di a tomar un zumo de pichoa, mi comadre me lo recomendó. Claro que la mosca muerta lo habrá hecho a propósito, si el hombre era bien trabajador, en cambio mi Agustín se la pasaba pegado a la botella y del trabajo, nada. Yo sólo quería darle un sustito, pero ella lo habrá estado preparando con tiempo y así deshacerse de él, ¿no? Si parece que no rompe un huevo la muy descarada.

Mi Agustín tuvo una diarrea tan fuerte que se despachó en pocos días. Yo pienso que tal vez ya estaba para morirse, por cierto que nadie me va a quitar de la cabeza que esa mujer gozó cuando su marido se estaba muriendo; mi Agustín casi ni sufrió, a lo mejor tenía cirrosis, ahora estará descansando, porque esa es una enfermedad terrible, y viera que se sufre, yo conocí a uno que se fue consumiendo poco a poco el pobre mortal, mi Agustín se limpió por dentro de tanta porquería que tomaba, y murió sin saberlo y rapidito. El doctor lo examinó y dijo que había sido una hepatitis aguda, por eso yo no tengo remordimientos, pues su muerte no fue causada por el zumo, ya estaba para morirse, ¿no le parece? Lo enterré con todos los honores, viera qué funeral tan lindo, lleno de flores y acudió todo el pueblo, no como ella que no hubo ni un entierro decente para el finado. Para qué le cuento la misa que le hizo el curita a mi Agustín, con todas las de la ley que me puse a llorar como nunca de la emoción. Yo rezo mucho por él para que obtenga el perdón por todos sus pecados, no como esa mojigata del frente, cada vez que me asomo a la ventana, allí está dando de comer a los mendigos, puros harapientos y zánganos de la sociedad. Sé que es sólo un teatro para verse bondadosa, mas estoy segura que les está dando algún veneno y así lentamente exterminar a todos los indeseables de este pueblo, pobres cristianos, no debería nacer gente para andar de esa manera con su miseria a cuestas, dan una terrible lástima con ese aspecto limosnero. Yo no la pierdo de vista, me la paso teje y teje junto a la ventana, sin que se de cuenta la vigilo hasta de noche, pues me pasa que últimamente no puedo dormir, no sé por qué.

El otro día trató de sobornarme, seguro para que no la descubra, me ofreció unos panecitos que ella misma hizo, claro que se los recibí, olían muy apetitosos, pero luego se los di a comer a un perro vagabundo y qué raro, no ha vuelto por estos rumbos, de seguro que tenían veneno, de sólo pensarlo se me revuelven las tripas y se me pone carne de gallina todo el cuerpo, la muy pilla pensaba que con su generosidad me callaría para siempre. Se equivoca, soy más astuta que ella y no me fío de su sonrisa hipócrita, aunque esté lista para darme el zarpazo yo no le doy la espalda. No señor, uno de estos días la voy a denunciar porque la calle, tan tranquila antes, ahora parece un desfile de mendigos y atorrantes de dudosa calaña y lo peor es que se vienen a golpear mi puerta. Por supuesto que no les doy nada. No señor, qué se han creído, ¿qué este es un orfanato? Si se mueren que sea ella solita la culpable. ¡Habráse visto! Qué yo pague el pato por ella. ¡Asesina de su marido y quizás de cuántos otros más! ¿Quién puede confiar en alguien que no demuestra ni la pizca de remordimiento? ¡No, a mí, no me engaña!


Marianela Puebla. Escritora nacida en Valparaíso. Siempre en Mí, Editorial del Ateneo de Valparaíso, Chile, 1996. El Conejo Astuto, Editorial Conexión Gráfica, México, 2003. Ganadora de una beca de creación literaria, 2009, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Antologías y selecciones que la incluyen: Zarpe de Poetas Porteños, Editorial del Ateneo de Valparaíso, Chile 1993. Sparkles in the Sand de la National Library of Poetry de USA, A White Room, 1995. Memorias de la Lectura; Taller de literatura, publica Casa de la Cultura, Jalisco, México, 2000. Poesía a Neruda; 100 años 1904-2004, edita Asociación Cultural Chilena de Canberra Inc., Australia, 2004. Valparaíso, Cerros, Mar y Poesía, edita “Poetas Itinerantes del parque Rubén Darío”, Valparaíso, 2009.
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lunes, 22 de febrero de 2010

Eduardo Embry: Su nuevo libro y reflexiones

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por Ximena Troncoso.
* En primer plano, Eduardo Embry, junto al Presidente de Monte Ávila Editores Latinoamericana, escritor Carlos Noguera y el poeta y crítico de arte Juan Calzadilla, en el momento del lanzamiento de su libro "Manuscritos que con el agua se borran", Colección Altazor (2009)


Nuestro compatriota, residente hace ya varios años en Londres y que gracias al Encuentro Internacional de Escritores “Chile Tiene la Palabra” (2007), organizado por la SECh, tuvo ocasión de reencontrarse, después de 30 años, con su país y sus amigos, nos trae buenas nuevas que bien valen para la reflexión y la fortuna.

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Al poco tiempo, de su breve estancia en nuestro país, ha hecho realidad la versión europea del gremio de los escritores. La Sociedad de Escritores de Chile ha traspasado fronteras, más allá del Atlántico, gestando, con el apoyo de Reynaldo Lacámara y Juan Cameron, lo que ya es una realidad, la filial Londres de La SECh, liderada por Eduardo Embry (1938).

Más allá que el Congreso de Chile disponga, que no resuelve a favor el voto para los compatriotas que residen en el exterior, el sentido de pertenencia se refleja en estas iniciativas que de manera espontánea surgen y se expresan en los ámbitos de la Cultura y Literatura. Es esta forma de relacionarnos la que permite que nuestros hermanos poetas no estén solos y que ese sentimiento de apego a las buenas y no tan buenas realidades que nuestro país y por cierto las vivencias que el hábitat literario ofrece, sea el medio vinculante al terruño, al “Edén” de Volodia. Sentimiento que se repite en todos los que tuvieron que partir al exilio o que las circunstancias no propiciaron su retorno.

Así, a través del mundo, se mantiene una activa e interesante red de escritores “chilenos”, que hacen lo suyo y cuya obra es nuestra también. Aparte de los que han alcanzado cierta fama o reconocimiento, como Oscar Hahn, Luis Sepúlveda y menos mal que Efraín Barquero, se suman otros que quizás no han tenido ocasión de recordar por estos días; Jorge Etcheverry, Aspasia Worlitzky, Jorge Cancino, Yolanda Duque, en Canadá; o Iván Treskow, Waldo Rojas y María London en Paris y Londres o Waldo Bastías, Fernando Lamberg en Venezuela, Ariel Pérez en Bolivia; Norton Contreras en Suecia, Ulises Varsovia en Suiza, Lucía Guerra, Pedro Lastra y Patricio Lerzundi en EEUU y tantos otros. Si tuvo la oportunidad, espero se haya abrazado y brindado en reiteradas oportunidades con ellos. La amistad es la única práctica que nos separa de la idiotez que nos acosa.

Pero eso no es todo y entérese de una vez, este poeta originario de Valparaíso, con sabrosas anécdotas a su haber, ha sido recientemente editado por Monte Ávila, casa editorial de la República de Venezuela que viene a otorgar un invaluable acogida a Embry, cuya trayectoria y calidad literaria no ha sido aún apreciada ni promocionada - en hechos - por nuestra institucionalidad cultural.
Y no me venga a decir que la Constitución no lo permite, porque eso es cuento viejo. Por qué no tenemos - pero en serio - una Gran Editorial del Estado. Por qué la tiene México, Venezuela o Cuba. Será que alguien se anima a contestar? Y esto no es un clisé propagandístico, porque no es sólo resolver el tema de la edición a modo de trámite, sino también fomentar la obra, ahora pujante, consolidada, novedosa o vanguardista de nuestros escritores que van dejando su registro histórico en la obra y que no han sido, hasta ahora, puestos en el verdadero pedestal que les corresponde. Quién apuesta por ellos - muy pocos - porque es la autoedición la práctica reinante y un sistema lastimoso, el mecanismo de financiamiento. Y cuando ya sortearon la primera traba, ni hablar de la distribución de sus obras, que es cuando se vuelve interesante y por cierto cobra valor.
Hay que salir al extranjero en magnitud y proveer al escritor como se debe, con cierta gracia, para que nos entendamos. No se puede dejar todo a concursos, sin evaluar la continuidad de su obra. Faltan gestos! Comprender el rumor de la creación. No es momento para farrearse nuestro capital intelectual y artístico, nuestro patrimonio que ostenta dos Premio Nobel, que es nuestra carta de presentación más certera a la hora de promover la integración cultural, por si alguien lo olvidó.

La obra publicada por Monte Ávila, “Manuscritos que con el agua se borran” (primera edición 2009, 144 p.), corresponde a la prestigiosa Colección Altazor y como dice la editorial en el catálogo, representa un esfuerzo por agrupar la producción poética de este reconocido poeta chileno, Embry, vinculado a Pablo de Rokha y a Nicanor Parra. “Figuras estelares de un renovado sistema poético que a través del humor, el desparpajo y una visión lúdica del lenguaje demuestran una conciencia crítica de la cultura, de la sociedad y de la vida en general. Eduardo Embry es Magister en Filosofía y Letras. Su trayectoria literaria es avalada por los volúmenes publicados Poder invisible (1975), La vaca del señor Don Gato (1980), Cartas edificantes (1980), Para santos y herejes (1990) y Doble clic (1999).

Recientemente invitado por la Editorial Monte Ávila y la Casa Nacional de Las Letras Andrés Bello, al 6° Festival Mundial de Poesía, que tuvo lugar, en forma simultánea, en todo el territorio venezolano, en junio pasado, donde participaron más de 200 poetas venezolanos y más de 30 extranjeros, provenientes de los cinco continentes. El evento inaugurado en el Teatro Teresa Carreño de la capital, tuvo actividades también en el interior, participando nuestro poeta en Isla Margarita, en el Municipio de Juan Griego. Fue el poeta y pintor Juan Calzadilla el encargado de presentar su nuevo libro. Bien por Embry, bien por todos!
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Carta Abierta desde el País Mapuche

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Jaime Huenún.
Poeta mapuche-huilliche


Mari mari pu peñi, mari mari pu lamgen;
Mari mari pu huenuy, mari mari kom pu che.


¿Seremos capaces, compañeras y compañeros, de hacer un viaje a aquellos territorios donde la violencia policíaca y patronal se ha entronizado sin freno alguno, un viaje de reconocimiento y coraje moral hasta la llamada Alta Frontera, en la región de la Araucanía, sur de Chile?


Hace 10 meses atrás, en octubre del año 2009, una humilde escuela básica de la localidad de Temucuicui, en la comuna de Ercilla, tuvo la mala fortuna de ser brutalmente allanada por 200 efectivos policiales. Los invasores, sin orden judicial alguna y sin razón aparente, dispararon gases vomitivos, bombas lacrimógenas y balines de metal dejando como saldo a 7 niños heridos, a varios recién nacidos con asfixia y a una veintena de campesinos y campesinas mapuches con graves lesiones, producto de golpes propinados con cachiporras y culatas de escopetas y ametralladoras.
El 3 de mayo recién pasado, el latifundista René Urban, acompañado y protegido por carabineros, interceptó, golpeó y encañonó en un camino rural público a Mario Millanao Millape, a su esposa Elvira Escobar, a la madre de ésta y a los hijos de la pareja de 6 y 10 años respectivamente. Millanao Millape, quien junto a su familia buscaba leña movilizándose en una vieja camioneta, fue amarrado y golpeado frente a los suyos, acusándosele de ser un terrorista y siendo posteriormente conducido a un recinto carcelario.
Por estos días -desde el 12 de julio del presente año- 32 presos políticos mapuches encarcelados en distintos recintos penitenciarios del sur de Chile realizan una huelga de hambre hasta las últimas consecuencias, exigiendo al gobierno y a los demás poderes del estado la derogación de la Ley Antiterrorista No.18.314 - ley dictada durante el régimen militar de Augusto Pinochet-, la que ha sido casi exclusiva y sistemáticamente aplicada a comuneros indígenas.
Durante ya casi dos décadas muchos otros niños y jóvenes mapuches han sido amenazados, apuntados con armas, baleados, secuestrados, interrogados y perseguidos y un número considerable de mujeres indígenas han sido golpeadas, pateadas en el suelo, amarradas y detenidas. Si la poesía aún gravita en nosotros, si aún nos mantenemos de pie en el país que habitamos a la espera de tiempos mejores, en la intensidad y la indigencia de una vulnerada memoria colectiva, estos hechos no pueden quedar impunes, no pueden quedar sin siquiera la huella de nuestra honesta indignación.
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No pedimos buena ni bella conciencia, no pedimos un acto de bondadosa y bien pensante corrección política; no pedimos vana y deslumbrante solidaridad efímera; lo que pedimos es un acto de amor y desagravio a esos niños y campesinos que padecen un presente y un futuro convulso, ya lastimado por las armas y las leyes de un estado y una sociedad que se castiga y se ignora a sí misma castigando e ignorando a los humildes y a todos aquellos que sólo aspiran a la restitución de derechos elementales.
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Amigas y amigos: los niños de Temucuicui, de Requém Pillán, de Yupeco y de otras muchas comunidades ya no tienen paz ni buenos sueños: dibujan la guerra que les hemos heredado, la guerra que Chile mantiene viva y que se oculta tras la retórica de la política y de las veleidosas cifras de la economía. En los ojos de esos niños arde ahora el germen de la venganza, la pesadilla de la piedra llameante que busca derribar al gigantesco enemigo.
¿Para esto hemos escrito nuestros libros? ¿Para esto hemos indagado en los bosques y los desiertos del lenguaje y el arte? ¿Sólo para nunca denunciar los paraísos artificiales de un incierto y nebuloso desarrollo? ¿Sólo para no saber más de las zanjas que las máquinas excavadoras hacen, como si fueran fosos medievales, en la conciencia del país?
Zanjas. Fosos. Tumbas. Un niño mapuche llora y corre tras un furgón policial. En él llevan a su madre detenida. ¿Cómo se llama ese niño? ¿Cómo se llama esa madre? El furgón toma velocidad y se aleja. Queda el estallido de las bombas, el humo y el polvo del enfrentamiento, el rojo camino de tierra sosteniendo la sombra de los altos y voraces bosques de pinos y eucaliptus.
No nos hemos liberado, en 200 años de República no nos hemos liberado. Más bien hemos hecho todo lo posible por aplastar y condenar lo mejor de nosotros. ¿Podremos así alguna vez decir que los trabajos de la poesía, de la inteligencia y de la visión creadora han sido más importantes que las tareas de la banca y del ejército? No nos hemos liberado: cada día nos alejamos más y más de los sentidos primordiales de la democracia y la justicia, de la equidad y el buen gobierno.
El arte nuestro es el trabajo espiritual y material, continuo y visionario, de pueblos que aún respiran, de colectividades e individuos que buscan en última instancia crear esperanza y elevar el espíritu de todos y todas, a pesar del vasallaje, el colonialismo, la discriminación y el oscurantismo que suelen prevalecer, con mayor o menor intensidad, en nuestro atribulado y amnésico país.
El arte indígena en particular, alcanza su plenitud en la interacción colectiva, haciéndose cargo a la vez de las manchas y grietas de una historia oculta, de la sangre derramada sin justificación alguna en ya demasiadas ocasiones y de una pluriculturalidad muchas veces sesgada y conducida hacia fines utilitarios y poco nobles.
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Quienes, ejercemos el oficio de la poesía desde nuestra condición de sujetos mapuches, por ejemplo, escribimos inevitablemente desde la República de la Conciencia, como señala el poeta irlandés Seamus Heaney, pero también desde el país de los afectos y el origen familiar.
Nuestras obras y nuestros actos, en consecuencia, persiguen un equilibrio entre lo ético y lo estético, entre lo individual y lo comunitario, en medio de una época de pobreza y banalidad que se extiende a todos los ámbitos de la vida social. Muchos de nosotros, por lo mismo, adherimos a estas palabras de Nelson Mandela, que nos parecen imprescindibles en la hora presente:
Yo no soy realmente libre cuando estoy quitándole la libertad a otro. En este caso, tanto el oprimido como el opresor están siendo despojados de su humanidad. Yo sabía muy bien que el opresor debe ser liberado junto al oprimido.
No es posible amar ni respetar aquello que se mantiene oculto, como tampoco es posible fundar una convivencia política y cultural basada en el miedo, el prejuicio, la manipulación, la marginación y la violencia. Los pueblos originarios han aportado a Chile su sangre y su contumaz empeño por sobrevivir en condiciones adversas; han aportado igualmente sus territorios físicos y simbólicos, sus imaginarios, su fuerza de trabajo y su energía creadora. Esto ya lo señaló con ecuánime claridad y franqueza el profesor, escritor y político mapuche Manuel Manquilef González en un discurso realizado en la octogésima quinta sesión extraordinaria de la Cámara de Diputados el 1º de febrero de 1927. Señaló Manquilef en dicha oportunidad:
La mitad de la sangre araucana se derramó para regar el árbol de la libertad que cobijó a la otra mitad que gobierna hoy día a este país. El araucano jamás midió el número ni las armas del español, siempre luchó hasta la muerte y puede decirse que venció al poderoso rey de España. Al hierro de los conquistadores opusieron los indios sus lanzas; al acero, sus pechos; a la dominación, su sangre activa. De esa lucha franca, aunque desigual, conservaron la Independencia que bien merecían y que fue transmitida al ilustre pueblo chileno.
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Estimadas amigas y estimados amigos: la mayoría de los artistas indígenas y mestizos de Chile consideramos que nuestros trabajos conjugan espiritualidad y materialidad, tradición e innovación, arraigo y diáspora, memoria mítica y memoria histórica, sin omitir la complejidad de un tiempo en que los pueblos indígenas de Chile buscan su legítimo reconocimiento, valoración y participación justa y democrática en el amplio espectro de la vida nacional.
En este sentido nuestro arte y nuestra conducta no pueden marginarse de las fricciones y conflictos actuales porque, sencillamente, nuestras obras surgen de procesos sociales y culturales colectivos. Sin embargo, el aliento que gravita en ellas no es el de la guerra o la confrontación, sino más bien el de la permanente construcción de un espacio de comunicación, encuentro, dignificación y respeto mutuo y verdadero.

Hasta la hora presente, cuando en nuestro país se levantan los engañosos y unilaterales festejos de un gris Bicentenario, esto no ha sido posible. Los rastros de nuestra impotencia y nuestra desazón son los niños heridos de Temucuicui y los cuerpos ya enterrados de Alex Lemún, Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collío, jóvenes activistas asesinados por las armas del estado chileno entre los años 2002 y 2008.
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Tenemos esperanza, sin embargo, porque como todos quienes ejercemos este oficio quisiéramos habitar un país en que la poesía sea una comunión posible y no sólo una espuria secreción de nuestros males. A este respecto, cabe señalar que la escritura mapuche no es únicamente lenguaje nutriéndose a sí mismo, sino lenguaje que busca revivir y resignificar relatos culturales originarios, sincréticos o históricos y transmitirlos al pueblo congregado, como antiguamente hacían los lonkos, los weupife (guardianes de la memoria), los ülkantufe (cantores-poetas) o los werken (mensajeros).
Portadora de los recuerdos ancestrales, de resabios míticos y cosmovisionarios y de las heridas, fisuras y pliegues de una historia nacional archivada, la escritura es hoy tal vez el instrumento cultural que mejor canaliza – y a la vez altera y dinamiza- la memoria política, social, histórica y estética de la sociedad mapuche contemporánea, esa memoria que, en definitiva, “ es nuestra fuerza, la que nos protege de un discurso que se entreteje sobre sí mismo, como la hiedra cuando no haya soporte en el árbol o en el muro”.

(Milosz, 1980)
Chaltu may/Muchas gracias

jueves, 18 de febrero de 2010

La poesía es un destello fugaz: Poesía chilena*

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Con anterioridad saludamos el aporte de Cantares; Nuevas voces de la poesía chilena, Selección de Raúl Zurita, Editorial LOM, Colección Entre Mares, Chile, 2004 y Poéticas de Chile/Chilean Poets on the art of poetry, Selección de Gonzalo Contreras, Ediciones Étnika, Chile 2007. Este 2010 hacemos el gesto que lleva implícito la invitación a recibir en lectura la selección de poesía chilena, La poesía es un destello fugaz del poeta Mario Meléndez, su "a manera de prólogo" que irrumpe; La poesía chilena florece en el vacío y la Revista Virtual de todas las estaciones de la Cultura Iberoamericana Ómnibus.
Comité Editorial Blog SECH
Convergencia poética. Pintura, poesía y música.
Jiddu Saldanha, Leo Lobos y Andreas Wollenweider.
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* El monográfico preparado por la revista Ómnibus, da cuenta de casi cien años de poesía chilena, desde los grandes referentes (Mistral, Huidobro, de Rokha, Neruda, Parra, Rojas, etc.) pasando por autores tan notables como Stella Díaz Varín, Enrique Lihn, Jorge Teillier, Óscar Hahn, Juan Luis Martínez, la generación del 60, la llamada generación del roneo, hasta los poetas más recientes. Ensayos, artículos, poemas, reflejan una realidad que, aunque incompleta, siempre va a ser motivo de interés para los lectores y para las nuevas generaciones de creadores. Selección realizada por el poeta chileno Mario Meléndez, activista cultural de destacada trayectoria internacional.
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lunes, 15 de febrero de 2010

Las imposturas de Eros. Autores que representan nueve países de Latinoamérica

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Cuentos de amor en la posmodernidad
Edición y Selección:

Luis Molina Lora/Julio Torres Recinos
Editorial Lugar Común
Ottawa, Canadá, 2009



por Gonzalo Contreras *


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Las imposturas de Eros reúne cuentos y microcuentos de 24 autores latinoamericanos. Como libro es una edición bien cuidada y cumple satisfactoriamente con los objetivos propuestos por los autores: dar a conocer una literatura escrita en español en Canadá.

Como toda muestra también opera dentro de los parámetros de la diversidad y, en este caso, en el contexto acotado del eros o la temática del amor. Tópico que, sin duda, “fluctúa con el modelo cultural y sus variaciones imperantes”, como bien dice Luis Molina uno de sus prologuistas.
Las fluctuaciones que de por sí genera la postmodernidad queda claramente establecida en este volumen y da para un ensayo por las ricas variables que ella ofrece como fenómeno cultural.


Los cuentos de Las imposturas… en general están a la altura de las exigencias que impone el género y sus autores, en su mayoría con experiencia y formación literaria, sacan adelante sus historias con un correcto manejo del oficio. Cualquier otra consideración corresponde, por cierto, a las preferencias o al gusto siempre arbitrario de cada lector.
En esta variedad de estilos encontramos cuentos tradicionales con clímax y desenlace claro, experimentales, violentos, de exilio, con visos de autoayuda, hasta uno de factura futurista como sacado de algún pasaje de Blade Runner.
De la amplia gama sobresalen los cuentos “Té filtrante”, “En el bosque de la China” y “La fellatio y otras dificultades de la economía moderna”. De Pablo Salinas, Felipe Quetzalcoalt Quintanilla y Ramón de Elía, respectivamente. A estos hay que sumarle algunos microcuentos de Alfredo Lavergne.
Los textos mencionados son notables, redondos, ejemplos de lo que debiéramos esperar de todo relato: fluidez, brevedad, contención, ironía y un final certero.
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Pablo Salinas nos hace recordar la prosa de su compatriota, el talentoso cuentista peruano Julio Ramón Ribeyro, un maestro del género. La anécdota de “Té filtrante” es simple: Manuel se ha separado de su pareja y en ese depresivo trance, que trata de afrontar de la mejor manera, se reencuentra con Carlos, un viejo conocido de su juventud, al que traiciona en una oportunidad para salvar su pellejo. La gracia del relato está en que el narrador logra conectar perfectamente los tres espacios en que se mueve la historia: la evocación constante de su relación con la ex, los sucesos que lo llevaron a la traición y el encuentro con Carlos. La trenza discursiva es ágil e inquietante y cierra -ironía mediante- con un final abierto, dándole el toque preciso de misterio. A esto, hay que agregar la efectividad del narrador para contextualizar, en pocas líneas, la pesada atmósfera mental en la que se sitúa y, de paso, enunciar en una pincelada los dramáticos efectos del invierno canadiense: Cada día que pasaba, mientras el invierno de Montreal lanzaba a algunas personas bajo los rieles del metro y a otras sobre las arenas de Miami, yo intentaba alejarme del recuerdo y de Maude: el nombre asociado a ese recuerdo. La situación hace del protagonista un personaje impasible, ausente de todo aquello que no sea su mal de amor. Guardando las distancias nos recuerda levemente al inolvidable Mersault de Camus.
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“En el bosque de la China” de Felipe Quetzalcoalt Quintanilla, la excelencia del cuento comienza por la sugerente ironía del título y el acertado epígrafe --que delinea claramente el territorio del conflicto: el triángulo amoroso. Son tres versos del poema XX de Neruda: De otro. Será de otro. Como antes de mis besos./ Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos./ Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
El relato muestra con mano maestra las complejidades de las relaciones amorosas, cuando éstas se desarrollan bajo las coordenadas de la tecnología (Internet) y la globalización, manifestada –aquí-, en las posibilidades de estudiar en cualquier parte del mundo. El texto es atractivo por su desenfado y la naturalidad con que expresa sus observaciones el narrador, matices que dan verosimilitud y dinamismo a la historia, la que, dicho sea de paso, se enmarca dentro de los límites de cierta picaresca. Los personajes se presentan sin mayores escrúpulos en un triángulo en donde la presencia-ausencia de uno o de otro determina el curso de las acciones. Lo interesante del tema es que nos obliga a reflexionar sobre los cambios culturales producidos con las variables de la postmodernidad. Los patrones conductuales cambiaron drásticamente en muchos ámbitos de la vida en este sentido, es sintomático que el personaje Guannan sea una mujer china, por lo que otrora representaban en el imaginario masculino (la Geisha, por ejemplo). Guannan estudia en Occidente y evidentemente responde a valores más liberales, lejos de los rígidos preceptos orientales. Como tal, ejerce una libertad que parte por disponer de su cuerpo a su amaño. En la historia tiene un par amantes y en los dos encuentra satisfacción. En último término ella es fiel a sus propios instintos. Por su parte los hombres, con un pragmatismo a toda prueba, aceptan la situación con tal de no perder el objeto del deseo. Implícitamente, la máxima que reina en la atmósfera es “sin llorar”, a pesar que en lo íntimo más de alguno sale maltrecho. El amor no perdona a los que juegan con él, dice un verso de Enrique Lihn, quien sabía de estas cosas.
Pero la originalidad del cuento radica particularmente en la relación que hace el narrador entre “la impredecibilidad de las relaciones amorosas” y “el principio de casualidad” planteado por el filósofo Hume y que grosso modo dice: el principio de causalidad sólo tiene valor aplicado a la experiencia, aplicado a objetos de los que tenemos impresiones y, por lo tanto, sólo tiene valor aplicado al pasado, dado que de los fenómenos que puedan ocurrir en el futuro no tenemos impresión ninguna. Pues bien, llegado el momento de los quiubos, el protagonista se aferra a este fundamento para dar vuelta la página, e insistir con ciertas esperanzas en su adrenalítica praxis amatoria.
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En “La fellatio y otras dificultades de la economía moderna”, de Ramón de Elía, nos encontramos con el humor en serio. Lo grotesco, como se sabe, en su sentido original hace referencia a un estilo extravagante y es eso, justamente, lo que nos muestra el relato de Elía. Una relación amorosa extravagante, grotesca, pero ajustada a una racionalidad implacable y que por añadidura se extiende también al plano de la amistad. Los diálogos destilan un humor negro corrosivo, que le dan una vuelta de tuerca al absurdo, encausando “la situación” en una rutinaria normalidad. El recurso parece sacado de una comedia de Woody Allen y funciona bien. Algunos podrán leerlo en clave neoliberal-futurista, pero yo apostaría mi cabeza a que es una práctica mucho más común de lo que se cree.
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Por otra parte los microcuentos de Lavergne muestran con nitidez que proviene del ámbito poético y en algunos de sus textos eso juega a su favor. Mirados en su conjunto, logran que nos hagamos una idea efectiva de ciertos rasgos del imaginario del inmigrante latino. Aquí no hay concesiones, se cuenta la neta y ésta evidencia una vida no exenta de cierto pesar, lejos, por cierto, del mentado glamour del exilio dorado.
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Por su calidad destacan también: “Clones” de Omar Ramos, “El alacrán en su laberinto” de Ángel Mota, “Variaciones de un incipit” de Luis Molina, “La pintora” de Gabriela Etcheverry, “Fantasmas trashumantes” de Carmen Rodríguez, “La duda de Johnny Cash” de Alejandro Saravia y “Tarde en la Playa” de Jorge Etcheverry.

Por último, no queda más que celebrar Las imposturas de eros. En un mundo editorial tan poco propicio a este tipo de publicaciones, se agradecen estas iniciativas que nos permiten conocer a autores tan disímiles y de ámbitos tan distintos. Se necesitan, de veras.
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Santiago de Chile, 14 de febrero de 2010


* Gonzalo Contreras. Escritor chileno (Santiago de Chile, 1958). Estudió literatura en la Universidad Católica de Chile de Valparaíso y Administración Cultural en la Universidad de Santiago. En 1989 obtuvo la Beca de la
Fundación Pablo Neruda, y en 1994 y 2007 la Beca de Creación Literaria del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. En 2005 y 2007, recibe la beca Fomento del Libro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Ha publicado El frío e impersonal mundo de la poesía, Santiago, Editorial Gil de Castro 1994. Poesía Chilena Desclasificada (1973-1990), Santiago, Editorial Étnika, 2006. Poéticas de Chile / Chilean Poets on the art of Poetry, Chile, Étnika ediciones, 2007 y Obras completas de Claudio Giaconi, coedición Étnica / Editorial Pequeño Dios, Chile, 2010.
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domingo, 14 de febrero de 2010

Nilda Correa Vives y Amelia Arellano: Dos poetas de amores

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por Alfredo Lavergne


Afirman algunos “especialistas” que en los poemas de amor hay de todo y para los disgustos. Hoy, presentamos poemas que comienzan en el disgusto, en la protesta y nos dejan amor. Nilda Correa Vives, Chile y Amelia Arellano, Argentina, cuentan con conciencia indagatoria que viaja más allá de fronteras, escarban informadas que existen diferencias, obvian dictámenes raciales, en cada esquina estudian las directivas de caminos a seguir, dudan de las propagandas de contenido, evitan las formas de libros que aseguran decir la verdad, se preguntan qué es arte… recrean y regresan al papel, a la poesía, al rol que hoy comparten con nosotros.
Nilda, te presentamos Amelia. Amelia, te presentamos Nilda.


Nilda Correa Vives. Chile

MAPUCHE

Amerita recordar tu mágica estampa
resguardada a la sombra del Canelo.
¡Milagro vivo en loca geografía!
de natural belleza milenaria
que giró el navegante del azul esmeralda.
Silenció a las gaviotas.
Sentenció tu destino...
De centenares de años. Anuló tu camino.
Cambió tu Edén al rugir de tambores.
Retorciendo tu lanza con progreso europeo;
ensordecido al tronar de cañones

¡Oh Pueblo de Arauco!
Tu propio sendero
cultivado sencillo, en ambarina fe.

Con su opio todo quiso cambiar.
Castrando tu cuna. Y tu canto. Y tu todo;
con más fuerza que la tempestad.
Afuerino progreso, que no anhelaste.
Tal vez.
Muda miró el acontecer la cordillera
inmolarse tu raza, raza guerrera
de estirpe ruda. Mensaje al huinca
gritaste al viento gris: ¡fueeeera!
Sembró tu arco en mano: ¡fuera!
Sólo el eco tibio, concurrió lastimero.
Gemiste callado, al mar azul. ¡Fuera!
Callado, pero valiente.

Incrédula
te escuchó la Araucaria.

No imaginando nunca conquistado...
¡Tu Universo perdido!


Nilda Correa Vives. Escritora y periodista. Socia de nuestra SECH desde el sur del PRECIOSO SUR SIN REPRESAS PARA LAS MINERAS TRANSNACIONALES DEPREDADORAS. Poema que declamó en Radio U. de Chile, haciendo el programa Savia y Raíz de la Tierra, uniendo folklore y literatura. (1996-98). Es, la historia de nunca acabar del menosprecio al Pueblo Mapuche.


Amelia Arellano. Argentina

CARAVANA DE LA MUERTE
................ A Salvador Allende
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“Aquí yace un pájaro.
Una flor. Un violín.”
........JUAN GELMAN
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Que entristecida noche corazón...
Que entristecido mar…
Que luna menguante y macilenta...
Y que furia, ay, que furia en la escollera.
El Sur amenazado.
La caravana de la muerte asola. Golpea. Pega.
Sacude las recónditas mareas. Magulla el malecón de sueños.
Destroza. Despedaza Lacera. Arranca.
Mancha.
No es agua, ay, no es agua. Es pesadilla,
ay, es pesadilla. Lluvia sangre que apaga las fogatas.
Sangre en la arena blanca.
Sangre otra vez en tierra picunche.
Sangre en el cauce del Mapocho. Sangre en el pecho del chucao.
Sangre en la araucaria, en el laurel, el roble.
Sangre en los ojos del puma, del ciervo, del guanaco.
Sangre en la copa y en las manos del tirano.
Sangre ”
Por el solo lapso en que las circunstancias así lo exijan”
Sangre en el puñal clavado en la memoria.
Estas palabras duelen tanto. Tanto. Ay, duelen tanto...
Que no podrán jamás ser un poema
Serán grietas, islas agónicas, íconos.
Recuerdo, rezo, letanía.
Denuncia, grito, rabia, bramido. Ofrenda.
Para aquel “que pagó con su vida la lealtad del pueblo”
Ofrenda lenguas afiladas.
Lo único que no han cortado, todavía.


AMELIA ARELLANO. Poeta, escritora y ensayista. San Luis, Argentina. Sus producciones han sido traducidas al inglés, alemán y catalán. Con premios y distinciones literarias, se identifica con los movimientos de reivindicación de las culturas populares y cree que el rol del escritor debe ser dinámico y comprometido. Su tema de preocupación siempre ha sido el de la Identidad. Es Socia Fundadora del Movimiento Cultural Poetas del Exilio.
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jueves, 11 de febrero de 2010

El Alcalde Raúl Saldívar de La Municipalidad de La Serena y La XXV Feria Internacional del Libro de La Serena

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Invitan al evento literario y presentación de Libro de las hormigas, editado en Mayo de 2009 por Ediciones Cortina de Humo, Chile y Operación claridad, editado en Julio de 2009, por Ediciones Ramos Conspira, Argentina…. De la escritora argentina Valeria Zurano

La Serena.
Viernes 12 de febrero
Escenario Central de la Plaza Gabriel González Videla.
.............Y Conversación con la Escritora
...................Sábado a las 12.30 horas.



..........¿Acaso no veis cómo alguna de vuestras compañeras
.........................queda agonizando en el camino?
..... ...El mismo camino que recorrimos juntas hace instantes
........ .....y que ahora también juntas nos lleva a la muerte.
...........................................................
Valeria Zurano


por Gregorio Angelcos

El proceso poético de Valeria Zurano desde el año 2007, año en que nos conocimos hasta la fecha, ha ido creciendo y se fortalece en el tratamiento del texto. Su lenguaje estético es duro, golpea y provoca un impacto por la reproducción simbólica de ciertos segmentos de la realidad, que pasan desapercibidos para nuestra mirada cotidiana sobre el entorno en el que vivimos. El hombre transita en estado de inconsciencia, casi ciego ante la problemática en la que está inserto, mira pero no ve, porque ha perdido la agudeza y la sensibilidad frente a su propia vida y a la vida de los que coexisten en la ciudad.
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El filósofo Jean Paúl Sastre establece en su obra “El existencialismo es un humanismo”, tres categorías del SER: el Ser en sí, el ser para sí y el ser para con los demás. En términos generales, el sujeto que reside en los espacios diseñados por la arquitectura de una urbe, se ha desintegrado. Vive disociado entre la materialidad capitalista que es en esencia la que nos propone el neoliberalismo contemporáneo, y la necesidad de crecer como persona.
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Un permanente conflicto entre lo exógeno y lo endógeno. Su realidad externa con su vida interior no converge, porque la modernidad lo ha sumido en la vorágine del trabajo, los desplazamientos y la lucha por la subsistencia, porque necesita el dinero como una finalidad urgente. Por esto, el hombre de la ciudad se detuvo en la primera categoría Sartriana, el Ser en sí. Su cultura es predominante biológica, come, habita, consume, y ese consumo lo consume, hace que desaparezcan otras variables para su progresión, como es el gusto por la belleza, una ampliación de los sueños, un reconocimiento consciente de la plaza en que habita, una postura rebelde y enérgica frente a las inequidades que asumimos como naturales, y por esto, le restamos importancia.
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Bueno, Valeria Zurano, trasciende lo estrictamente biológico, sale de sí misma y razona vinculando sus tres categorías, desde su propia identidad, porque no todos la tienen y muchos la han perdido, que es su estructura sicosomática, va percibiendo estos mínimos detalles, paradójicamente tan grandes, tan humanos, enriqueciendo su vida con su experiencia individual, la que potencia su condición de poeta, y luego el compromiso sensible con los otros, que son anónimos, distantes, lejanos, pero que intervienen nuestras vidas con su sola presencia en las nuestras.
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Su condición humana se caracteriza por la agudeza con la que asimila la realidad, por una parte, y la forma específica con la que procesa la información, lo que determina un perfil de escritura a partir de los contenidos de su obra, marcando un estilo que la distancia de la poesía intimista, en el que el poeta idealiza sus propios lamentos marcados por su dolor, su amor o sus fracasos.
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A Valeria le incomodan las injusticias y los estados de enajenación del hombre, la sumen en una rabia creativa, así nos sorprendió con la publicación de su libro: El gran Capitán, un discurso poético de denuncia sobre el tránsito de un tren que inicia su recorrido en Buenos Aires llegando a su destino en la frontera con Paraguay. Es un relato, una crónica de una gran profundidad existencial, que conmueve a medida que uno viaja a través de la lectura.
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Hoy nos presenta El Libro de las Hormigas, poética en la que hace una analogía entre la vida de los insectos con la vida de los seres humanos que integramos estas sociedades contemporáneas. Los insectos se perciben como humanos y los humanos como insectos. Cito unos versos del libro: Una hormiga está destinada a no soñar / como muchos de nosotros / está destinada a no saber de si misma / a erradicar lo que en algún momento / los sentidos evocan. Las hormigas no hacen canciones / tampoco conocen la verdadera / amenaza de los pasos sobre sus cabezas / una hormiga está destinada a no ser soñada jamás / como muchos de nosotros.
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Y es que en la poética de Valeria predomina el texto sobre el hablante lírico, ella transita desde su anonimato entre miles de seres desconocidos que caminan, se cruzan, no se miran, se trasladan con sus ojos mirando casi siempre al esqueleto, casi nadie tiene conciencia de su existencia, pues la lucha por la subsistencia los devora, aniquila sus peculiaridades más esenciales convirtiendo su condición humana en masa acrítica; entonces aparece la voz de la poeta para develar la sumisión colectiva, son hormigas desprovistas de sentido de solidaridad, incluso las observa inertes, estáticas, con dinámicas muertas, el movimiento de sus vidas no evoluciona, entendido este término como una búsqueda por el crecimiento, el devenir es la muerte, y entretanto, no aparecerá la vida en todas sus dimensiones, no habrá sensibilidad, no se agudizarán los sentidos para percibir la belleza. Es la inconsciencia desprovista de todo sentido ético y estético.
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El libro de las Hormigas, es un alegato en contra de la deshumanización de la vida, es una nueva forma de hacer política desde la poesía, un rechazo al modelo económico de fundamento neoliberal, donde el rol de los objetos es más prominente que la realidad de los sujetos.
El mercado determina el funcionamiento de la vida colectiva, y los valores son una mera anécdota de un tiempo pasado; Valeria hace un diagnóstico de estos malos síntomas de la sociedad contemporánea a través de una representación imaginaria entre sociedades carentes de cerebros, funcionales, y sin mucha capacidad de observación crítica.
La primera, la de las hormigas, laboriosa, un poco mecánica, pero de colaboración, instintivamente solidaria y de funciones compartidas, con una división del trabajo destinado al perfeccionamiento de las funciones sociales, la otra, la humana, disgregada, castrada de sus afectos, agresiva en el tipo de relaciones, ausente de cualquier propósito dirigida hacia una felicidad más plena.
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Valeria nos propone una obra que nos despierta de esta pesadilla que es la modernidad que no escogimos, invitándonos a transformar las relaciones humanas, y de paso, a transformarnos para vivir en un paisaje de una atmósfera donde el amor y los sueños constituyan un patrimonio del hombre que vaya más allá del mecanicismo materialista que nos propone el capitalismo.
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miércoles, 10 de febrero de 2010

La Historia de don Crispín, doña Anita, el Guaripola y otros cuentos. De Gabriel Canihuante

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por José Vergara Alcaíno

El libro esta bajo la cautela y publicado por Editorial Universidad La Serena y será oficialmente presentado, el sábado 13 de febrero a las 19:30 horas en el marco de la XXV Feria del Libro de La Serena.


Catorce relatos componen el libro del periodista y académico, Gabriel Canihuante Maureira. El libro tiene la particularidad de contar diversas historias enmarcadas en vivencias de distintos períodos de su vida, algunas de ellas en Brasil, otras en Santiago, y cuentos relacionados con momentos históricos sucedidos en la Región de Coquimbo.

Uno de los relatos más llamativos es La Historia de don Crispín, doña Anita y el Guaripola, cuento con que se basa el nombre del libro. La temática de esta narrativa se contextualiza en 1931 cuando en la ciudad de Coquimbo, sucedió el primer combate aéreo naval. La trama de los protagonistas es de un hombre engañado por su esposa, la mujer lo traiciona con un hombre menor que ella, y el marido pierde los estribos e intenta suicidarse.
Para Canihuante este cuento es uno de sus preferidos y espera que su público lector lo disfrute; -hay tres cuentos que me gustan mucho y espero que a la gente también. Uno es el del título del libro, se trata de un triángulo amoroso, ese cuento arranca en Coquimbo, con un episodio histórico que fue el primer combate aéreo naval en 1931. El segundo cuento trata de un partido de fútbol entre gente que vivía en el Tofo, era un lugar de mina, de mineros, allí se hizo un campamento y vivió gente, el relato habla del partido entre ex tofinos y mineros provenientes de Andacollo. El tercer cuento de mi preferencia, tiene que ver con la historia de un adolescente coquimbano que es voyerista”.

Respecto a la inspiración que tuvo el periodista para realizar el libro, Canihuante explica que fueron diversos hechos de su vida, que lo llevaron a escribir; -son inspiraciones a partir de cuando viví en Brasil, no necesariamente vivencias personales, y hay otros cuentos que son de La Serena, de Coquimbo, de sectores rurales de la región y también hay situados en Santiago. Es bastante variada la ubicación geográfica de estos cuentos, y creo que la temática también”.

Hay que destacar que esta es la segunda obra de ficción de Canihuante. El año 2004 publicó La Súplica del Doctor Solís y otros cuentos, a través del Fondo Editorial ESSCO. En tanto, también publicó el 2006 Turismo en Chile: Paisajes y culturas del pasado, presente y futuro, premio Categoría Ensayo del Fondo Literario de la Municipal de La Serena.

lunes, 8 de febrero de 2010

El Cazador de Instantes, con todos los Años en el Cuerpo de J.M. Memet

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por Elisa Maturana Coronel

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En la Feria del Libro de La Serena José María Memet presentará el próximo 16 de febrero un nuevo libro: El Cazador de Instantes.
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Con más de doce libros publicados, tres traducidos al inglés; decenas de poemas llevados al francés, ruso, alemán y checo; una colección de premios entre los que destacan Mistral, Neruda, Edwards Bello, Viña del Mar y Metropolitano de Poesía Joven; menciones en decenas de antologías; participaciones en innumerables lecturas, ferias, encuentros literarios nacionales e internacionales y la organización del Festival Chile Poesía, Memet no necesita mayor presentación. Ha demostrado ser un trajinado militante de la literatura latinoamericana con suficientes “Años en el cuerpo” para ofrecernos otra obra de alta factura.

El título no pudo ser más acertado. El hijo de Hikmet ha demostrado a lo largo de su carrera creativa, y así lo registra su antología personal “Años en el cuerpo”, que más que poeta es un camarógrafo, un artífice detrás del lente fotográfico. Uno que se desliza por la Suite de los Espejos y las mesas del Cinzano bar y con ojos de poeta vagabundo se pasea por las aceras de la realidad y la ficción entrando al jardín de Sor Catalina o se instala en las bancas de la Plaza de la Soledad para traernos luego una larga concertación de imágenes expuestas en recuadros de palabras que van sucediéndose dentro de su propio celuloide de papel.

Publicada en 2005, “Años en el cuerpo”, obra en la que reúne 30 años de trabajo poético, Memet llevará al lector por los pasillos que anteceden y predicen al “Cazador de Instantes“. Es decir, el reencuentro con un lenguaje auténtico que articula las propuestas de un discurso creíble, más allá del propósito único de las figuras retóricas y los recursos literarios. Un texto que nos permite obtener más trazos de la vida de quien se originó allá donde el barro/ es el único sendero hacia los pueblos y que le permite al lector seguir siguiéndole los pasos a un fraguador duro, a veces irónico y hasta cruel o despectivo como cuando en “Amanecer sin Dioses” nos dice: Y aunque las mujeres/ aún se acercan a mi vida como abejas/ ésta valdría realmente la pena/ si lo hicieran en silencio. Pero que es también capaz de sorprendernos con un gesto de ternura inesperada como en el cierre para la muchacha sensual del striptís en el Boite Zeppelin quien tras los aplausos: Sola en la mañana se encamina al paradero,/ viaja años en la micro que la lleva/ llega a su mediagua empobrecida,/ abre la puerta, la cierra y envejece.

Entre los adelantos sueltos del “Cazador de Instantes” que, a fines del 2009, le escuchamos leer a José María en la Universidad Católica, en la Feria del libro de Linares y en varios eventos más, está El Héroe. Sin negarle méritos a Himnos ni mucho menos a La Gran Marcha, o el Asesinato en Barao de Limeira, El Héroe reafirma esa dimensión que a mi criterio es la más potente y auténtica en Memet: la del Teiwás o Thir, el guerrero espiritual que vuelve la mirada hacia el interior de la conciencia para reflexionar sobre los grandes compromisos de la existencia, sobre la validez de una rebeldía permanente, sobre la verdad como esencia de la palabra y no sólo como mero recurso literario o licencia poética.

En el poema El Héroe, Memet nos devuelve los códigos y valores que ya nos había dado en Praxis, El Torturado, Cobardía o en el legendario La misión de un hombre. Una reformulación de los símbolos que hicieron de este poeto chileno -sí, poeto, porque poetas somos las mujeres como bien dice Teresa Calderón- una de las voces más destacadas en la generación de los ochenta, esa que desde la literatura y desde la lucha cotidiana protestó en las calles contra la infamia y la injusticia que le tocó vivir en el seno de una sociedad sometida y bajo amenaza de una de las más terribles y oprobiosas dictaduras militares de América Latina. Acción y palabra hechos uno. Compromiso desde la poesía y desde la acción. Teoría y discurso que alzan los ojos desde la mirilla que apunta contra el enemigo.

A través de su obra, este hombre de antaño y de hoy, nos ha dicho ya que las utopías son posibles y que hay que asumirlas, que tenemos las llaves de la caja de herramientas de los hombres que no cejan en el sueño y que hay quienes están dispuestos a relevarlos: Miguel vivía en una casa/ con vista a la esperanza./ Ahora, cuando ya se ha marchado,/ nosotros debemos habitarla.

Por eso, recorrer a Memet a través de sus “Años en el cuerpo” y recuperarlo desde los adelantos del “Cazador de Instantes” es re-creer que sigue siendo válida su propuesta, que en un mundo gobernado por la indiferencia y la disparidad aún es posible seguir soñando la isla de Moro. Al menos desde la poesía.


De El Cazador de Instantes. (c) José María Memet, 2010.

Himnos

Esta tarde de diciembre
la he pasado escuchando himnos de países.
Trabajo en el crematorio del Cementerio General
de Santiago de Chile
y quemo cuerpos ya muertos.

Al escuchar el himno de Alemania por ejemplo
me siento muy alegre. Ese sí era un trabajo.
En los campos de concentración de Dachau
o de Auschwitz-Birkenau
mi padre quemaba cuerpos vivos.

Por eso escucho himnos de naciones
y recuerdo las hazañas de mi padre.
A mí me quedó esta realidad de país pobre,
apenas un 11 de septiembre
con unos centenares de cadáveres.

Una vez mi hijo menor me pidió
mirar como arde un cuerpo a 800 grados
y le abrí la mirilla. Maravillado exclamó:
es como el infierno. Sí hijo, respondí,
nuestro oficio por generaciones son las llamas.

Sólo las naciones tienen la grandeza
y por eso son perennes.
Porque da igual que uno sea bueno o malo,
vil o delator. Sólo el poder de una nación
es ecuménico y sagrado.

Por eso escucho himnos de naciones,
para reconfortar el espíritu
y sentir la gloria.


La Gran Marcha

Anoche tuve un sueño, un gran sueño
Las putas de Santiago y de provincias
en una gran marcha
avanzaban por Vitacura
en dirección a La Moneda

Tacones, medias caladas, diminutos vestidos,
culos al aire, tetas enhiestas y caídas,
todas con rumbo hacia el palacio

Decenas y centenas y miles
salían de locales nocturnos, diurnos,
de cafés con piernas, prostíbulos,
night club’s, tiraderos, oficinas,
casas y mansiones

Otras columnas convergían a Mapocho
viniendo por San Pablo, avanzando en Recoleta
Por Vicuña o Gran avenida o Puente Alto
la consigna era la misma

Se iba vaciando el Minotauro, el Rugantino,
el Maeva’s, el Lucas Bar, el Passapoga, los saunas
ante esta ola incontenible

si todas somos putas y nos tratan como putas
entonces somos mayoría
gritaban por las calles

y ya frente al palacio
millones de chilenas coreaban
queremos ser gobierno, queremos el poder

y desperté sudando
-junto a mí dormía otra:
plácida, bella, eterna y joven-
pero era otro sueño, eran capas de sueños
que como olas llenaban mi cerebro

y allí en la plaza
frente al palacio donde cayó Allende
se abrazaron todas
lloraban, reían, corrían como locas,
se desnudaban por millones,
se arrojaban sobre el pasto y miraban las estrellas

Nunca se es más libre que en un sueño
Los sueños no tienen moral ni ética, son sueños,
y las estrellas son hermosas.


El Héroe

Se colocó él mismo un círculo rojo en su camisa,
que indicaba exactamente el corazón.

Miró al pelotón de fusileros
y gritó con voz firme, clara y decidida:
¡apunten, fuego!
...y el cuerpo fue hacia atrás,
cayendo brutalmente sobre el polvo.

En su mente se desvanecieron rostros,
personas que amaba, atardeceres,
noches estrelladas, los ladridos de su perro
en la casa de infancia.

Los fusileros permanecieron impávidos largo rato
-aún en formación de ejecución-
tenían claro que eran hijos de otra demencia.
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Asesinato en Barao de Limeira
......................A Rodrigo Petronio

La casa, casi invisible por la neblina y la lluvia.
El viento atravesando la imaginación.
Un frío erizante te recorrió la espalda y la nuca
cuando la electricidad se cortó.
Era como si el viento dejara de empujar
aldabas y árboles, y todo quedara en tu mente,
detenido.

Se escuchó tu grito, pero sólo un breve instante.
La tormenta sobre San Pablo y el trueno potente
lograron silenciar los latidos de tu corazón.
Sacaste los fósforos de tu bolsillo
-era la vez primera que ser fumadora te ayudaba-
y a tientas en la alacena rescataste esa vela,
rígida en su palmatoria.

Tenías solo un fósforo y tu temblor y el miedo,
quebró el cerillo. Otro rayo iluminó en el dintel
al asesino. El color negro no se ve en la noche.

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miércoles, 3 de febrero de 2010

Feria Internacional de La Serena: Valeria Zurano



por Alfredo Lavergne


De toute façon,
c'est l'amour qui l'emporte.
Jean-Paul Daoust

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Hablemos de Valeria Zurano, escritora y poeta que nos visita estos días del Encuentro Internacional de Escritores de La Serena. De la amiga que un enero del 2008 se presentó y editó en Chile El Gran Capitán, crónica de un viaje al litoral que en poesía/prosa recrea; “Algunos dormitan sobre hombros ajenos y se les cae la cabeza y no se sabe qué hacer con la cabeza”.
Escribo del acierto de Editorial Cortina de Humo de Chile, que el año 2009 insiste en Zurano con El libro de las hormigas, y cito el retrato de su palabra; “Ahora que siento que el lenguaje me ha despojado, me ha quitado a mí misma, puedo volver al comienzo, al principio de todo, entonces te hablaré de la carta que escribo; de las comas que estorban y suplantan el quiebre, de las máscaras de los infinitivos, del vértigo de un punto, de esas suaves sombras sordas de los adjetivos, de la condena que propone el sustantivo”.

Valeria, se detendrá en cada uno de los quioscos de La XXV Feria Internacional del Libro de La Serena, ubicada en La Plazoleta desde el Viernes 5 al 20 de Febrero del 2010, irá a la Librería Macondo de La Recova de la ciudad, subirá al segundo piso y compartirá versos con el poeta de la región Arturo Volantines, visitará Coquimbo para encontrarse con el vate Javier del Cerro, conversará fraternales cervezas con el escritor chileno Gregorio Angelcos, se interesará por la histórica literaria de la revista Añañuca del maestro Samuel Núñez, regalará mesas literarias junto a la poeta Teresa Calderón, leerá fragmentos de sus obras al público y escritores que invita el Alcalde Raúl Saldívar de La Municipalidad de La Serena, observará a los turistas, fijará su ojo en el horizonte y preguntará; - Qué pensás. Y será porque indaga. Así trabaja la escritora, la poeta que habla a las manos y camina cotidianamente a la hoja; lugar en que todo le es posible.


De su libro Las damas juegan ajedrez

Esta forma perspicaz de encender tu hoguera

Esta forma de guardarme en los caminos de tu cuello en el silencio de tus ojos en la forma de tu boca cuando ambas caemos en el amor espeso de la noche cuando la noche nos da sus horas para ser la gran tormenta que se anuncia. Esta situación de hacer malabarismo con los días con el injusto dolor que proponen los días con esos tonos grises de la historia mientras se deshace la piel si la brisa de tu aliento se acerca y ya no podemos más que vaciarnos hasta quedarnos dormidas sobre nuestros cuerpos. Esta extraña melodía de escuchar tu voz en el eco de un caracol abandonado y cuidarlo del silencio mientras estoy muda y callada ante la ola que te envuelve. Esta manera de deshacernos de derrumbarnos delicadamente sobre el deseo sobre las telas que nos desvisten sobre el sol que nos despoja sobre la deliciosa idea de sentir que nos vamos perdiendo. Esta endereza para soportar la distancia fina y cruel como una aguja como si tu vida pudiera ser raptada por las aves como si esperar fuera el destino del juego del tiempo como si esa aguja se clavara en la sombra en los espejos en la lluvia en las hojas secas que duermen el sueño de nuestro amor.


El agua

El agua en la olla hierve. Mis manos y el frío. Te fuiste hace tiempo. La sal se consume. La cocina se hunde en vapores que suman la oscuridad que viene avanzando a través de la ventana. El agua en la olla hierve. Nada hay para echarle sólo esta tortuosa idea de saber que las horas se colman de imposibles. Te llevaste mis manos. La sal se evapora. Tengo toda la noche por delante. El agua en la olla hierve. Pienso en lo que tal vez estés pensando, pienso que a lo mejor te encontrás en un rincón oscuro pensando en mis ojos pensando esta ausencia pensando en esta incapaz necesidad de perdernos. No puedo perderte. No puedo dejar que tu distancia carcoma los huesos los días. El agua en la olla hierve. Para qué hierve. Para qué si aún no llegás. Para qué si los caminos no te anuncian. Te fuiste hace tiempo. Hace demasiado tiempo. Pienso que quizás tus brazos me esperan y no lo saben, que vas a otros brazos para olvidarme, que alguna razón te aparta y no lo decís, que te dormís cansada de esperar, que te pienso y me pensás y entonces nos pensamos en el mismo instante en lugares opuestos. El agua en la olla hierve. Para qué hierve si no es para marcar los minutos que pasan. Mis manos y el frío. La sal que se evapora. Las burbujas desesperadas bailan en la soledad que me tiene, el insomnio que me apresa, la invocación de tu presencia, el alma ensimismada. El agua en la olla hierve y no hay regreso. La sal que se evapora y se hace pena.


Ojalá no hubiera sido así

Voy a vomitar. Aunque me digas que es tarde que es imposible que esto de dar qué hablar es imposible que puntualmente vernos una vez más es imposible. Voy a escupir. Y no me importa si se abren las sombrillas si los diarios atajan o alguien pone la mano. No, no me importa. Voy a escupir igual. En la sombra de tu sombra deletreando las palabras del cinismo cotidiano de la presencia omnipotente de apuntar al blanco. Voy a vomitar feroz y desdichada. Escondida detrás de las flores con el cuerpo contorsionado y endurecido con los ojos agotados y el estómago chillando con las manos sosteniendo lo que fluye a borbotones.
Te sumergís en esa felicidad inexplicable en esa súbita alegría en esa forma descabellada de andar por el alma ajena. Te guardo esta locura fermentada te guardo el pulso desequilibrado de las noches te guardo las pesadillas y el recuerdo que tengo bajo la almohada. Voy a escupirte de arriba hacia abajo sin remordimiento sin una sola porción de culpa sin dudarlo un segundo como si hubiera crecido pensando en eso como si todos los días lo repitiera en voz alta como si hubiera planeado esto antes de encontrarte. Y quitarte del centro y librarme de vos.
Tu forma de ir por la vida sin vida. Tu maldita forma. Voy a escupir igual. Aunque esos ojos ingenuos me miren desde la puerta. Aunque te asustes y temas por vos misma. Aunque no entiendas de códigos ni de compromisos ni de ser consecuente en acción y pensamiento. Voy a vomitarte. Quiero darte asco. Quiero que te arrepientas de mi presencia. Quiero que te escabullas entre la multitud. Que sientas miedo que me odies. Voy a escupirte sin clemencia. Aprendiendo la impiedad la intolerancia. Tu cinismo a la basura. Tu cinismo putrefacto hecho caldo pestilente sobre el rostro. Quiero que tragues sin emitir sonido. Quiero que comprendas que ya dejé de escupir a la inversa.


Valeria Zurano, 1975, Buenos Aires. Ha publicado los siguientes libros: Operación Claridad. Ediciones Ramos Conspira, Buenos Aires, Año 2009. (Mención en el II Concurso Todo Poético, año 2009). El libro de las hormigas. Editorial Cortina de Humo. Chile. Año 2009. (2do. Premio en el Concurso Internacional de Ediciones Patagonia, Argentina, año 2008). El Gran Capitán-Crónica de un viaje al Litoral (Poesía en prosa) fue editado en Chile por Ediciones Cortina de Humo, Patrocinado por la Agrupación de Escritores Ricardo Latcham, en Enero de 2008. Las Damas Juegan Ajedrez (Poesía en prosa) Editorial Alción en Diciembre de 2007. Barco en Llamas (poesías y cuentos) forma independiente con el sello Escritores Independientes Unidos. Año 2003.
Integró numerosas Antologías, entre ellas, “Tránsito de fuego”, selección de jóvenes poetas latinoamericanos 1972-1990, por la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, Caracas 2009, Venezuela.
Ha recibido varios premios, los más recientes: Mención honorífica en el VI Concurso Nacional Macedonio Fernández. Jurado: Jorge Boccanera, María del Carmen Colombo y Javier Adúriz, Buenos Aires, Argentina, año 2009. Primer Premio del IX Concurso Nacional de Cuento Corto Babel, Provincia de Córdoba, Argentina, año 2009. Primer Premio Concurso Nacional de Poesía “Leopoldo Marechal”, Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Morón, Buenos Aires, Argentina, año 2008. Mención especial por el libro “Operación Claridad” en el mes de Marzo de 2009 en el III Concurso Internacional de Poesía “Todo Poético 2008-2009, Argentina. Segundo Premio en el Concurso Internacional de Ediciones Patagonia, por “El libro de las hormigas”, Argentina, 2008.
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